Teníamos el viaje programado desde hace tiempo al "ombligo del mundo", y resultó ser un bálsamo para sobrellevar el terrible varapalo.
Hay destinos míticos cuyo nombre evoca magnetismo para cualquier viajero, aún sin conocer exactamente el destino, esto sucede con Isla de Pascua, al llegar tienes la duda si ese misticismo cumplirá las expectativas. Las pocas referencias que se tienen, alguna foto, un punto en medio del enorme Pacífico, algo de los Rapas Nuis y poco más, llenan de misterio el encuentro con este islote, convirtiéndolo en algo exótico y deseado, donde la imaginación tiene que hacer el resto.
Y no, no decepciona, al llegar sientes que todo sigue igual, se percibe el pausado y tranquilo paso del tiempo, su luz especial, las fragancias frescas de un lugar aislado en medio del Pacífico, las olas limpias y transparentes que rompen sucesivamente en la orilla escarpada, los solitarios caminos anaranjados, el apacible entramado sin orden de sus calles y un silencio cautivador que te traslada a pensar ¿como pudo alguien llegar a este punto minúsculo en medio del océano más grande del mundo?, y una vez aquí ¿como han podido perdurar?, no queda aquí la cosa, cuando comienzas a descubrir el lugar y aprecias las inmensas esculturas de piedra, los moais, el enigmático mundo Rapa Nui te supera.
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Despegando en Santiago tras la gran nevada del día anterior. |
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Aterrizando en Isla de Pascua. |
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"Nuestro" moai particular, maravillosa vista desde nuestra tienda de campaña. |
Nada más llegar y tras preparar la mochila para pasar el día nos pusimos a caminar la isla, teníamos dudas sobre si nos daría tiempo a visitarla andando. Era pasado el mediodía, con una temperatura muy agradable a pesar del intenso viento que soplaba en mitad del océano, pronto llegamos al lado sureste de la isla tras recorrer paralelamente los 4 km de pista de aterrizaje del aeropuerto que cruza la isla de lado a lado. La vista era espectacular, hacia la derecha el volcán Rano Kau que se elevaba suavemente formando una zona de acantilados de un redondo perfecto, a la izquierda se salpicaban entrantes de tierra en medio del oleaje blanco que rompía en las rocosas puntas junto a estlizadas siluetas de pequeños volcanes, y frente a nosotros la inmensidad azulada del Pacifico. Comimos al lado de un "Ahu (plataformas de piedra que guardan relación ceremonial y sobre algunos de ellos están los moais) disfrutando del hermoso paisaje, andamos un poco más en dirección norte y pronto admiramos la gran cantidad de restos arqueologicos que se conservan, "ahus", petroglifos y muchos moais caídos a causa de las guerras internas y los terremotos.
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Costa sur-este. |
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Al fondo el volcán Rano Kau. |
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Primer Moai "antiguo" que vimos. |
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Ahu Akahanga. |
Al final avanzamos mucho, hasta el Ahu Akahanga, donde parece que esta enterrado el fundador Rapa Nui, la vuelta la decidimos hacerla a dedo, fue el primer contacto serio con Rapa Nuis, muy amigables y simpáticos. El pronto retorno en auto nos permitió ir a conocer los alrededores del camping y ver caer el sol en Ahu Tahai, un cercano lugar de la ciudad que cuenta con varios ahus y moais restaurados de gran belleza, para llegar allí, hay un precioso paseo al lado del mar, el primer anochecer entre moais fue sencillamente espectacular.
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Hanga Piko, moai cercano al camping. |
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Paseo a Ahu Tahai. |
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Complejo Ahu Tahai. |
Al día siguiente subimos al cercano Rano Kau, un volcán perfecto con un lago en su profundo cráter lleno de juncos de totora, ¡maravilloso!. La armonía se rompe en una fractura que se ha formado en el lado del océano, que a su vez sirve de ventana al Pacífico. En la parte este del volcán se encuentra el poblado ceremonial de "Orongo", con sus templos de piedra, petroglifos y sus excelentes vistas a los "Motus", pequeños islotes donde se realizaban los rituales de culto a las aves, una dura competición para nombrar el rey de los Rapa Nui durante el próximo año.
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Aldea ceremonial Orongo. |
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Los famosos Motus: Kao Kao, Iti y Nui. |
Como teníamos tiempo, rodeamos el cráter casi por completo, bajando por el otro lado del redondeado cabo para visitar el enorme sitio arqueológico de Vinapu, un lugar con numerosos moais caídos y sus bien conservados "pucaos" (pelo de moais) repartidos por todo el complejo.
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Vista bajando del volcán. |
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Complejo Vinapu y vistas al norte de la isla. |
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Tortuga en la caleta cerca del camping. |
A la mañana siguiente partimos con nuestra mochila y nuestra tienda de campaña a realizar la vuelta a pie a la isla, pero es otra historia que contaremos en la siguiente entrada, acompañada de muchas fotos más.
Os dejamos unas fotos del inicio de nuestro tour independiente de Isla de Pascua.
empezais a caernos un poco mal ya eh!!!!
ResponderEliminarJoder chicos que experiencia!!!que envidia mas insana!!!
Seguid aprovechandola al maximo, todo lo que podais, para a vuestro regreso que se os seque la lengua de contarlo, gracias por esas imagenes. un besote
Y que son para vosotros 13201 kms, empezais a andar y a lo tonto os presentais en casa para mi cumple!!! Jajaja, oye pues no es mala idea, de que quereis la tarta? Un besoooo
ResponderEliminarSupongo que traeréis regalos.
EliminarPara mí un Moai, no me importa si es de los pequeños de 5 toneladas, si es necesario lo podéis llevar como equipaje de mano.
Moaiiiiiiii
uaoooooo que maravilla de fotos, no las había podido ver hasta hoy, que puestas de solo, que playas y los Moai....no tengo palabras, como todo lo que estáis viendo una preciosidad que verlo en persona ha de ser, parafraseando a Alicia, de mear y no echar gota, Un beso.
ResponderEliminarisa, tusa