domingo, 2 de diciembre de 2012

AREQUIPA, SUS VOLCANES Y CAÑONES

 
La cuidad blanca de Arequipa, nos sirve de base para explorar sus alrededores, de hecho, pasamos aquí casi diez días. 
 
La linda Plaza de Armas, su enorme Catedral, muchas otras iglesias, conventos y mansiones coloniales, que están diseminadas por toda la cuidad, está construidas con sillar blanco, una roca volcánica de color claro que dota de belleza y resplandor a la villa. Es un sitio tranquilo y acogedor, posee una rica actividad cultural, hemos podido disfrutar de un festival de cine, cuenta-cuentos y una feria del libro en edificios emblemáticos de la ciudad. Debido al tiempo que hemos permanecido en este lugar, hemos degustado apetitosos desayunos en el acogedor hotel Sumay Wasi, suculentas comidas y deleitarnos en elevadas terrazas con vistas privilegiadas de la urbe.
 


 
 
Cuenta con varios miradores que ofrecen vistas tanto de la ciudad como de los perfectos conos nevados (Misti y Chachani de unos 6.000 metros), que cercan Arequipa. Otro día, nos desplazamos hasta un pueblito cercano, Characoto, para disfrutar de su campiña y sus manantiales, siguiendo un sendero pegado a un arroyo llegamos hasta los nacimientos subterráneos de los “Ojos del Milagro”, cuya agua es aprovechada para regar sus campos y abastecer unas simpáticas piscinas naturales.

Plaza de Armas, Arequipa. Volcán Misti y Nevado Chachani. 
Aquí también tenemos nuestro primer contacto con algo relativo al tenis, pudimos visitar un estupendo y gran complejo deportivo, el cual cuenta con 14 pista de tierra batida en un estado optimo, donde mantuvimos trato directo con el presidente del mismo, y establecimos relaciones para un posible futuro laboral.
 
Los cañones más profundos del mundo se hayan cerca de Arequipa, están en una zona desértica, lejana, solitaria y polvorienta. Sus accesos son muy deficientes, tienen  unos paupérrimos servicios y nulas indicaciones, pero a la vez, posee inmensos y grandiosos paisajes de una belleza sublime, con caudalosas cascadas, bosques de piedra, nevados, volcanes, selva de cactus, el majestuoso cóndor y gentes y pueblos  muy sencillos. Los caminos además de polvorientos dan vértigo, ascienden por sitios imposibles con caídas infinitas hacia los cortados. Para desplazarnos por esta zona tuvimos que meternos abusivos madrugones y eternas horas de buses nocturnos por bacheadas trochas (pistas).
 
Después de tres horas de bus, llegamos a Chivay, que es la puerta de entrada al afamado Cañón del Colca, decidimos no hacer la ruta convencional de los turistas, sino que optamos por parar en el pueblo anterior y andar 10 km por dentro del Cañón. 
 
Plaza de Armas, Chivay.
Antes de llegar a los miradores, pasamos por alguna pequeña laguna llena de patos, y la imagen que tenemos durante toda la caminata son paredones que se precipitan vertiginosamente hacia el río.  El final de la ruta transcurre por varios miradores desde donde se puede contemplar la profundidad de esta enorme hendidura. A la vuelta, nos quedamos avistando el paisaje en el mirador del Cura, alejados de los turistas, y pudimos deleitarnos durante unos minutos del impresionante vuelo circular del  cóndor andino en la lejanía.

 
 
¿Dónde está Pedro?
 
A la vuelta, paramos en el pequeño pueblo de Yanque, donde visitamos su Plaza con arcadas de época colonial, caminamos hasta el río por sus fértiles campos aterrazados, y pudimos observar un volcán activo.
 
Plaza de Armas, Yanque.
 
Volcán humeando
El desconocido e inhóspito Cañón del Cotahuasi, fue nuestro siguiente destino, donde pasamos varios días saboreando su belleza. Es el más profundo del mundo con 3.535 metros y como cuentan por aquí, también es el más bello. Está formado por innumerables  zanjas que van a parar al grandioso y espectacular  Cañón principal. Aquí los caminos son todavía más polvorosos y tortuosos, pero el rio va mucho más encajonado y con más cauce y destaca más su grandeza. Es excitante pasear por estos terrenos apartados, alejados y casi inexplorados.
 
El primer día y casi sin dormir, tras una dura noche en uno de los buses mencionados, quisimos ir a ver la estrepitosa Cascada de Sipia, la velocidad y el ruido del río te van indicando el camino para llegar a ella. Aquí el cauce del agua se estrecha muchísimo formando espectaculares acantilados, después se abre paso entre laderas arcillosas multicolores. Al situarte sobre la cascada, se puede ver nítidamente el arcoíris que se forma en este salto de agua.

 



Por la tarde, nos acercamos a la Laguna de Cachicocha, en las afueras de Cotahuasi, en la cual se ven patos y garzas, pero tuvimos suerte y en las montañas del fondo vimos dos ejemplares de cóndor andino, sobrevolando en las alturas.
Laguna Cachicocha
La siguiente ruta fue a Pampamarca, una población situada al final del Cañón Mungui, afluente del Cotahuasi. Después de ascender el precioso cañón y justo antes de llegar al pueblo, cogimos el zigzagueante camino hacia el Bosque de Piedra de Huito, unas blancas formaciones rocosas, que a causa de la erosión han conseguido extravagantes formas. Además desde esta cresta se puede observar un extenso panorama de toda la zona, con sus cañones y nevados, ya que estamos a 4.000 mts de altitud.







Camino en zig-zag, Bosque de Piedras de Huito.
A continuación bajamos al pueblo y seguimos descendiendo hasta el mirador de la Cascada de Oskune. El sendero para llegar aquí no hace presagiar la maravilla con la que vas a encontrarte, vas caminando entre un monte y unas terrazas incas, y al llegar al final del camino aparece ante tus ojos todo un inmenso cañón, destacando la espectacular cascada de Oskune y la hoz que forma tras su desplome.
 
Andenes Incas.
 

Para cerrar este maravilloso  circuito, fuimos a la zona más profunda del Cotahuasi (3.535m), el bus te deja en la minúscula localidad de Velinga; ahí hay que descender hasta la orilla del río, y a partir de aquí continuar por el margen del río hasta alcanzar la lejana y casi deshabitada aldea de Quechualla. La ruta es impresionante, no sólo por andar por dentro de este colosal cañón, sino también porque hay que atravesar rudimentarios y espectaculares puentes, ruinas incas, restos de pueblos abandonados y varios bosques de gigantescos cactus, que alcanzan hasta los 15 metros de altura.
 










 



Este día no fue tan placentero, ya que nos perdimos dos veces y tuvimos que ascender y descender por dificultosos sitios en más de una ocasión,  para poder retomar el camino y no retroceder, aun así, las vistas que obtuvimos en nuestros extravíos sirvieron de recompensa.  Esta situación nos hizo perder mucho tiempo y esto nos supuso un problema importante de deshidratación debido al calor que padecimos, pero todo se solucionó al llegar a Quechualla.

La vida continúa, el Machu Pichu nos espera.


Hoy hago una mención especial a mi abuelo y siempre recordaré los veranos que pasé junto a él en el pueblo y sus historias vivas de la guerra. 

Un fuerte abrazo.




5 comentarios:

  1. Con tanto lío no había leído el blog..como siempre una pasada pero está vez tengo que reconocer que lo que más me ha emocionado ha sido la foto del abuelo en el pollato .LAuri

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  2. hola chicos lo primero mandaros animos por lo de tu abuelo,pedro; q tal vas d tus males?, menos mal que va ali contigo q es una roca y te va cuidando eh?jajaja...Las fotos cada vez mas guapas y a vosotros se os ve muy bien aparte de las caminatas que os estais pegando...os salis del camino y os perdeis por ahi,seguir las señales coño...jajaja.Oye decirme donde os mando la raqueta para encordar mmm bueno me va a salir un poco caro no? se la daré a tu hermano mejor.Un abrazo muy grande de los 4 para los 2.Cuidaros mucho

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    1. Gracias a todo familia. Yo estoy fenomenal, pase dos días bastante chungo, pero ya esta olvidado.

      Como vais vosotros?, imagino que liadillos con la Navidad.

      Un beso enorme para los 4, Ali y Pedro.

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  3. Esperando al Machu Pichuuuuuuuuuuuuuuuuuu

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  4. Impaciente por ver las fotos del Machu Picchu!!!

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