ECUADOR DESDE NUESTROS OJOS

País que despierta entre algodones de perezosas nubes, para dar paso a los ojos ardientes del sol, y que anochece lentamente entre nieblas y brumas espesas que se recuestan en sus grandes valles.

Esta pequeña nación andina, cuenta con una gran diversidad natural y cultural. La selva amazónica, los picos nevados, los bosques húmedos, la costa tropical y las islas Galápagos, que sigue pendiente nuestra visita, ¡siempre hay que dejar algo para volver!.

La naturaleza desborda por todas partes, valles, montañas, bosques, cascadas, volcanes, paramos, playas… y animales salvajes donde vayas.

El legado indígena junto a sus trajes tradicionales y mercados, dotan al país de una colorida y variada forma de vida.

Es un lugar de constantes y sorprendentes contrastes, puedes pasar de ascender un volcán de 5000m a la costa en un par de horas, puedes recorrer el impresionante páramo y al rato nadar junto a las ballenas en la costa o con los delfines rosados en la selva, se puede pasar de una población bulliciosa y caótica a un entorno aislado y apacible, donde todo el escenario cambia en un abrir y cerrar de ojos.

Aunque se palpa inseguridad y peligro, nosotros hemos sido muy bien tratados y atendidos. Sus gentes son normalmente educadas y humildes y hablan con un cántico especial.

Gran parte de nuestro viaje ha discurrido por las variadas carreteras y aunque se nota un gran progreso y muchas están en obras, el transporte sigue siendo tortuoso y difícil.

No todo es tan idílico como os contamos, no hay nada de información, tienes que preguntar todo, hay que regatear absolutamente todo y siendo extranjero más, siempre quieren cobrarte más caro, ir con las mochilas a cuestas todos los días, buscar alojamiento y comer cuando se puede, es la parte negativa de viajar de este modo, pero esto queda compensado con la gente que vas conociendo por el camino y las cosas que vas viendo y haciendo a lo largo del recorrido.

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