Después de Viña del Mar, continuamos hacia el norte, para ver las anchas y largas playas de la parte alta de Chile. Aquí es una práctica habitual viajar a dedo (en auto stop) y es una manera genial, ya no solo por la plata que se ahorra, si no y sobre todo, por la cantidad de gente que se conoce y es una buena forma de conocer el país a través de las historias de cada persona.
Coquimbo fue nuestro primer destino, y aunque nos aconsejaron este lugar, no nos gustó mucho y decidimos ir a la cercana La Serena, fue todo un acierto, es una tranquila y apacible cuidad de arquitectura neocolonial que rebosa arte, colmada de actividades culturales y cuidados jardines donde relajarse. Otro de sus atractivos a parte de sus numerosas iglesias y museos, es el activo Mercado de la Recova, donde prácticamente se puede adquirir cualquier cosa.
Aquí establecimos el campo base, pasamos algunos días buscando trabajo, disfrutando de sus amplias y doradas playas; nos sirvió de punto de partida para explorar el norte del país. Teníamos un cómodo y barato alojamiento con todos los servicios, una muy buena ubicación que nos permitía movernos fácilmente por toda la ciudad y entrar y salir de ésta con bastante rapidez.
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Puerto de Coquimbo.
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Mezquita en Coquimbo. |
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Edificios coloniales en la Plaza de Armas de La Serena. |
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Faro de La Serena. |
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Playa de La Serena. |
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Anochecer en la playa de La Serena. |
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Atardecer en el Faro de La Serena.
Preciosos cielos estrellados, verdes plantaciones de viñedos, aldeas pastoriles y ríos de claras aguas es lo que encontramos al llegar al llegar al bucólico Valle del Elqui. Es un lugar apartado y retirado del jaleo de las ciudades, que permite desconectar y sentir una energía especial, según cuentan muchos habitantes de la zona. Tuvimos la suerte de poder disfrutar de un concierto al aire libre en la Plaza del pueblo, cuyo escenario era el bonito pórtico de la Iglesia y a continuación, maravillarnos con el "cielo protegido" de la zona, deleitarnos con millones y millones de estrellas y constelaciones distintas de las que se ven desde el hemisferio norte.
También tuvimos ocasión de hacer una caminata por el magnífico Valle del río Mágico y refrescarnos en sus aguas cristalinas.
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Iglesia de Pisco Elqui.
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Valle del Elqui. |
Aprovechándonos de la ruta del camionero Daniel, cambiamos sobre la marcha la planificación del viaje, y seguimos con él hasta la lejana Caldera, con su atractiva Bahía Inglesa. Aquí pudimos disfrutar de su blanca playa y frescos pescados, pero sobre todo del genuino Rally Dakar.(Entrada blog: "Dakar, la gran carrera"). También visitamos excelentes y desérticas playas de los alrededores con Julio y Geraldine, padre e hija que fueron nuestros guías y compañeros durante la carrera y el resto de días.
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Daniel, el primer camionero que nos cogió a dedo.
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Nuestra primera acampada en la Playa de Bahía Inglesa.
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Playa de Bahía Inglesa. |
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Playa en la zona de Caldera. |
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Playa El Cisne, Caldera. |
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Playa El Cisne, Caldera.
Atardecer Playa El Cisne, Julio Alicia y Geraldine. |
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Carretera (Ruta 5 norte) Panamericana.
El Rally Dakar será nuestro siguiente destino, !qué emoción!
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¡enhorabuena una vez mas! ¡que pasada! tiene que ser maravillosa la experiencia que estasis viviendo y lo bien que explicais todo, ¡que envidia!, Ali estás zulú, guapísima, bueno Pedri también, seguid disfrutando, suerte, besos
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