Para comenzar la mítica Carretera cogimos un ferry desde el sur de la isla de Chiloé hasta enlazar de nuevo con el país en Chaitén, una ciudad que fue arrasada debido a la larga erupción del volcán de su mismo nombre en 2008, lo que propició que la mayor parte de su población emigrara a otras zonas del país.
Desde el primer momento percibimos la dificultad de movernos por esta vía, ya que apenas existe transporte público y tampoco hay mucho privado, es una zona muy poco poblada y con tiempo muy variable, de hecho estaba lloviendo. Nos costó comenzar a bajar, pero finalmente conseguimos nuestro objetivo para este día, primero hasta llegar a las Termas del Amarillo, después, ya por "ripio" (pista de tierra y piedra), hasta Villa Santa Lucía al pie del río Palena, y cuando teníamos pocas esperanzas de poder continuar, aparecieron Andrés y Javiera, dos médicos santiaguinos que viajaban en su coche hacia el sur y con los que pasamos dos días realmente buenos. Con ellos avanzamos mucho y disfrutamos del precioso paisaje aprovechando la libertad al ir en auto.
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En el río Yelcho, con una familia que nos llevó a Sta. Lucía. |
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Haciendo dedo en la Carretera Austral.
Comenzar a recorrer la Carretera Austral, fue muy excitante, llevábamos tanto tiempo soñando con recorrer estos lugares que ahora que lo acariciábamos nos parecía increíble. Casi es imposible describir lo que se vislumbra desde dentro de esta aislada ruta, un entramado de imponentes ríos, grandes lagos, caídas de agua, fiordos, inmensos bosques siempre verdes, y un sin fin de glaciares casi inexplorados, que conforman Reservas y Parques Naturales que ocupan más de la mitad del territorio. Pinochet mandó construir la Carretera Austral en la década de 1980 cuya longitud es de 1200 kms, va desde Puerto Montt hasta la lejana ciudad de Villa O´Higgins. Cada kilómetro tiene algún lugar digno de ser fotografiado y se puede disfrutar de paisajes espectaculares en cada rincón.
La primera noche patagónica, la pasamos en Puyuhuapi, en un agradable alojamiento en compañía de nuestros nuevos amigos. La pintoresca localidad de influencia alemana, está enmarcada por el brazo de mar que llega hasta la población y por elevadas montañas cubiertas de bosques, donde disfrutamos de estos parajes dando un paseo al atardecer.
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En la original parada de buses de Puyuhuapi. |
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Iglesia de estilo chilote, Puyuhuapi. |
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Brazo de mar, Puyuhuapi.
Aunque despertó lloviendo, pudimos llegar al Parque Nacional Queulat en el coche de Andres y Javiera donde esperamos casi una hora para que la lluvia amainase. Este extenso Parque está ubicado en una área muy poco alterada, y posee bellos escenarios naturales. El camino comienza cruzando el río procedente del Ventisquero, por su gran puente colgante, se asciende por un frondoso bosque lleno de frescos helechos, líquenes y musgos hasta asomar al mirador del asombroso Ventisquero Colgante. La imagen es espectacular y cuenta con todos los elementos que la naturaleza te puede ofrecer.
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Puente colgante sobre el Río Ventisquero. |
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Panorámica del Ventisquero y la Laguna Témpanos. |
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El espectacular Ventisquero Colgante. |
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Detalle del azul del glaciar. |
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Con Javiera y Andres. |
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Río Ventisquero. |
Después de disfrutar de esta belleza natural, nos quedaba un largo camino por la preciosa Carretera hasta llegar al Coyhaique, capital de esta región, donde pudimos seguir contemplando hermosos paisajes.
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Una imagen vale más que mil palabras. |
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La Carretera ni se aprecia entre tanta naturaleza. |
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Uno de los muchos lagos del camino. |
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Terreno cultivable cerca de Coyhaique.
Coyhaique fue un lugar para separarnos de nuestros amigos, coger provisiones, descansar un poco y visitar la completísima Oficina de Turismo, en la cual nos sirvieron información muy valiosa y variados mapas para organizar nuestro rumbo al sur.
A primera hora de la tarde partimos a Puerto Ibañez para tomar el Ferry que nos cruzase a Chile Chico, separándonos momentáneamente de la Carretera Austral, no era la idea inicial, pero era el transporte que había esa jornada y parecía que podía ser interesante, aquí escasean los buses y a veces hay uno a la semana. Nada más llegar al inconmensurable Lago Carrera (Lago Buenos Aires en Argentina) que comparten chilenos y argentinos, nos dimos cuenta de que era un acierto visitarlo.
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Formas rocosas camino a Puerto Ibañez. |
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Camino a Puerto Ibañez.
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Bajando hacia el Lago Carrera. |
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Detalle del Cerro Castillo. |
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Cerro Castillo. |
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Lago General Carrera. |
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Comienzo del cruce del Lago General Carrera, desde Puerto Ibañez a Chile Chico. |
La bonita travesía del lago se vio afectada por el retraso del ferry, la noche cayó al final del trayecto, pero aún así pudimos disfrutar de panorámicas increíbles y sentir la fuerza del viento.
Seguimos descubriendo el grandioso Lago Carrera con su precioso entorno y su azul intenso, además de otras maravillas que posee...
Hola!!
ResponderEliminarFantástico todo, unos lugares de ensueño. Se nota que estáis bajando al sur, tiene pinta de hacer frío ya (¿os habéis bañado en esos lagos? je je).
Un abrazo/beso
No veo ninguna foto dentro del agua.
ResponderEliminarEso no son Los Pir, eh? :)
super bonito.
besos
No he querido hacerme el hombre duro, pero hay fotos dándome un remojón, jajaja...
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