jueves, 20 de junio de 2013

TESOROS ANDINOS ESCONDIDOS


Todo parece que se estabiliza, aun así siguen surgiendo incertidumbres y trámites que cerrar, entre muchas cuestiones, queda que nos entreguen la visa por un año (el tortuoso  y copioso papeleo ya esta entregado y falta el último paso) y así poder poder trabajar legalmente y optar a  muchos más puestos laborales. 
Este fin de semana nos cambiamos de departamento, estamos en uno más céntrico y algo más barato, está sin amueblar, pero gracias a la amabilidad de la familia Henriquez-Contreras y los jefes de Full Moto prácticamente está equipado, sin ellos todo sería mucho más difícil y seguramente hubiésemos decidido regresar a España, pero una vez más la gente de esta tierra nos muestra su solidaridad y humanidad. 

De momento hemos firmado el contrato para 6 meses, así que todos aquellos que estabais esperando una decisión, parece que si todo va bien estaremos por aquí al menos este tiempo, y para los que os animéis a conocer este precioso país (estáis todos invitados) ya podéis liaros con la preparación de un viaje que no os va a defraudar, ÁNIMO, si nosotros hemos podido hacer lo que hemos hecho, vosotros también, además lo tenéis más fácil, estamos aquí para guiaros y ayudaros, nos encantaría poder compartir nuestra aventura con todos vosotros.

En cuanto al trabajo tenemos nuestros problemillas, principalmente por falta de planificación y organización, y en algún caso descontentos con la forma de trabajar del jefe, ya que tenemos la sensación de trabajar lo nuestro y lo de los demás, aunque nuestra idea era trabajar para compartir experiencias y conocimientos, es lo  que hay de momento.

Por fin tuvimos la oportunidad de seguir descubriendo este inmenso país colmado de rincones naturales de una belleza especial.

El fin de semana nos dirigimos a la cordillera a ver la Reserva Natural Altos del Lircay, está a una hora más o menos de Talca y estos 2 días compensan todos los obstáculos que hemos pasado aquí. El sábado, tras recoger a Pedro en el trabajo, nos dirigimos  a la nevada cordillera que llevábamos observando y deseando conocer tanto tiempo. Al aproximarnos, la cansina niebla de este lugar nos hizo pensar que no podríamos disfrutar de buenas vistas en las caminatas que pensábamos realizar, pero fue solo pasajero. El primer día  nos dio tiempo a un paseo de unas dos horas, alcanzando dos miradores. Comenzamos en la entrada de la Reserva visitando un enorme bosque, que en esta época del año nos deleita con la caída de sus hojas y sus distintas tonalidades, la variedad de gigantescos árboles (robles, coihues y lengas) que nos acompañaron durante toda la ruta  fue un espectáculo. Cuando ascendimos al mirador del Peine, (pisamos algún tramo de nieve) se divisaba claramente la blanca bruma recostada a lo largo de todo el valle, a nuestra derecha se mostraba el acceso a la ruta "El Endralillado" que queríamos patear en la jornada siguiente a lo largo del río Lircay.

Al entrar al Parque el guía nos dijo que en esa travesía había mucha nieve para subir, que no se apreciaba nada el camino, que solo podríamos llegar hasta aproximadamente la mitad, pero a la salida nos aviso que  ese día habían abierto huella unas personas y que así podríamos avanzar más.

Llegando a la Reserva por el camino de ripio.
Comenzando la ruta al mirador del Peine.

El mar de nubes.


Las primeras pisadas en la nieve.
Vista a la caminata del día después.
Disfrutando del tiempo, el bosque dejado atrás  y las vistas en lo alto del mirador.
La pre-cordillera.
Haciendo el "cabra" en el mirador.
Los grandes árboles de la Reserva.
Atardecer en el mirador Aliwenmahuida.
Después de pasar la noche en un hostal-refugio con una cálida chimenea, madrugamos para poder completar la famosa ruta del “Enladrillado”. Aunque estaba amaneciendo cuando partimos, no hacía frío, enseguida salieron los primeros rayos de sol y sumado a las rampas iniciales, pronto nos empezamos a despojar de alguna capa. Prácticamente no pisamos tierra, fue una caminata sobre un lecho de esponjosas hojas  en su  inicio, que en  el tramo final pasó a ser una alfombra de blanca y resplandeciente de nieve virgen, que estaba en perfectas condiciones para caminar sobre ella, con poca visibilidad de las marcas dejadas el día anterior, pero suficientes para no perdernos, dejando a nuestra espalda el mar de nubes que seguía estancado en el fondo del valle.

Inicio de la ruta.
Caminando sobre las hojas.
Avanzando por el bosque en la ladera del valle Lircay.
El comienzo de la ruta nevada.

Ascendiendo con el mar de nubes al fondo.
Siguiendo la huella.
Ultimas rampas antes de encumbrar "El Enladrillado".
Dejando atrás el maravilloso valle nevado.
Un poco antes de llegar a la cima.
Alrededor del mediodía llegamos al objetivo, con un día realmente claro de cielo azul intenso y sin una sola nube que perturbara las preciosas vistas que teníamos desde la enorme explanada basáltica de origen "natural" (aunque como cuentan las leyendas, su estructura puede estar relacionada con los Incas o culturas pre-hispánicas- ya que aparte de que su encaje de grandes bloques de piedra es tan perfecto, en los solsticios, desde este punto, la salida del sol se produce justo por el centro del cráter del volcán Descabezado- así que nos parece creíble porque coincide con lo que han ido contandonos durante las visitas a otras ruinas de Sudamérica), formada por estratos volcánicos que fueron desgastados por la acción glaciar y que debido a la gran cantidad de nieve acumulada no pudimos apreciar, pero el lugar permite una visión idílica de los 4 puntos cardinales, una panorámica de 360º espectacular, donde se puede ver el valle del río Claro, multitud de picos blancos y los volcanes Descabezado Grande, Quizapú y Cerro Azul. 

En la cumbre, pisando "El Enladrillado".
Con el volcán Descabezado al fondo.
Exultantes tras coronar la preciosa ruta.
Al norte, la famosa piedra, "La Coneja".
La prueba de la consecución con los volcanes Descabezado y Quizapú.
Originales formas de la nieve por la acción del viento.
Vistas hacia el este.
Los volcanes con el río a sus faldas.
La extensión de Los Andes hacia el norte.
!Qué maravilla!

Tocando la "guitarra" bajo los volcanes.
Gozando del momento.
Iniciando el camino de vuelta.



En la cresta que cruza al otro valle donde comienza la bajada del "Milico".


Ultimo vistazo de los increíbles volcanes.
Una vista en dirección al sur.
Caminando por la divisoria.
Buscando el lago helado, ¿lo veís?
Panorámica de Los Andes.
Rutas a caballo por la cuesta del "Milico".
Sorprendente y espectacular, ¿verdad?, además coincidimos con 5 agradables montañeros que nos llevaron por una bajada alternativa, rápida e inclinada, la del Milico. No tenemos palabras para describir lo vivido en esta ruta, los paisajes desbordaban y te atrapaban por cualquier lugar que fijases la vista, y la guardaremos para siempre en nuestro cuaderno de bitácora como una de las sorpresas más hermosas e inolvidables de nuestra aventura.
Gonzalo, nuestro jefe de FullMoto nos presto su pick-up, que nos vino como anillo al dedo para desplazarnos por los caminos de ripio de la cordillera, además gozamos subiendo al auto a muchas personas que estaban haciendo auto-stop, fue un placer y una necesidad propia el poder devolver parte de  todo lo que nos han ayudado a nosotros.

Esperamos seguir descubriendo lugares tan bonitos como este...