viernes, 29 de noviembre de 2013

VELADAS BAJO LAS ESTRELLAS


El buen tiempo y el mayor conocimiento de la zona nos ha permitido pasar últimamente varias estancias maravillosas en plena naturaleza, disfrutando al máximo de todas las sensaciones que ésta puede ofrecer en las diferentes partes del día.

El puente de noviembre aquí fueron 4 días, nos hubiese gustado ir a visitar algún Parque del sur, pero tuvimos que ir hacia el norte porque allá no daban lluvias, concretamente al Parque Nacional de La Campana, fue un acierto en todos los sentidos.

Partimos el jueves a primera hora, no teníamos reserva de bus, así que pensamos retomar de nuevo la opción del "dedo" para intentar no esperar mucho. Pronto nos cogió un camionero y nos llevo hasta las inmediaciones de Santiago, a pesar de ser una lata cruzar la capital, no se nos dio tan mal; bus, metro y más bus para llegar hasta Til-Til, 50 km al norte de Santiago. Allí pasaba poca locomoción pero el auto-stop aquí funciona muy bien y nada más ponernos a la tarea de nuevo apareció el milagro chileno, Alex y Andrés nos cogieron en su auto, gente amable, solidaria, dispuesta a ayudarnos en lo que fuera menester. Primero nos llevaron a la misma entrada de La Campana, desviándose de  su ruta, y ¡sorpresa!, el camping estaba copado y no nos dejaron pasar. Alex y Andrés continuaban allí, les comentamos el problema y sin dudarlo un segundo nos ofrecieron una cabaña que tenían cerca de allá, de nuevo vuelta atrás y desviarnos unos kms valle arriba. Gente así es por lo que merece realmente la pena viajar, sin conocernos de nada nos prestaron su casa con toda confianza, ojalá todo el mundo pudiésemos confiar de esta manera en el resto de personas.

Quedamos fascinados con la preciosa cabaña que nos prestaron, estaba adornada con mucho gusto, figuras y recuerdos de muchos países y bonitos cuadros, también contaba con chimenea y piscina, además disfrutamos de un lindo anochecer, más no podíamos pedir para pasar una hermosa noche.

La cabaña.
Capilla Niño Dios de Las Palmas, Monumento Nacional.

Pronto por la mañana, cogimos el bus que pasaba cerca de la cabaña y nos llevaba a la población de Granizo, a unos 10 kms de la entrada del Parque, pero allí comprando pan, hablamos con dos turistas que iban para allá y se ofrecieron a acercarnos.

La ruta principal del Parque es la ascensión al pico La Campana, una subida muy concurrida al estar cerca de Santiago y existir varios campings bien acondicionados. La ruta no es tan sencilla, hay que salvar un desnivel de de 1500 metros y el último tramo es una empinada ladera de piedra suelta, pero que en su cúspide se aprecian excelentes vistas; al océano por un lado y al Aconcagua por el otro, aunque nosotros no pudimos verlo por la canícula existente. 
Tuvimos que subir con la cargada mochila bastante trayecto, ya que el plan era bajar por otra vertiente para enlazar con la ruta que cruzaba al otro valle y no dar tanta vuelta, aunque finalmente nos ahorramos menos de lo esperado, casi tuvimos que bajar a la altitud inicial y de ahí retomar otra subida hasta el otro collado, aún así se nos dio bastante bien el día (se va notando que andamos todos los fines de semana y trotamos algo entre semana). 
La intención era quedarnos a dormir arriba, pero como era pronto y teníamos horas de luz, bajamos otras 2h por el valle Ocoa, casi hasta la otra entrada del Parque. Este valle es muy bonito, está lleno de Palmeras y Chaguales (puya chilena), es un lugar muy seco y caluroso y da lugar a que se desarrollen estas plantas tan especiales, de hecho, Darwin visito el Parque en sus investigaciones de América del Sur. Pasamos la noche en nuestracarpa, cerca de un riachuelo protegidos por unas grandes rocas y por las tremendas hojas de palmeras, ¡alucinante!. 
Al día siguiente realizamos una ruta hasta una bonita cascada que se precipita en escalones por una tupida alfombra de musgos y líquenes sedosos.

Placa homenaje a Darwin.
En la cumbre La Campana.
Valle Ocoa (repleto de Palmas)
Chagual, puya chilena








Pico La Campana, visto desde fuera del Parque, sector valle de Ocoa.
VIsta del Aconcagua a más de 100Km.
Como teníamos tiempo, aún nos quedaba la tarde del sábado y todo el domingo por delante, decidimos acercarnos a la costa, a conocer zonas que no habíamos visitado antes, concretamente estuvimos en Ventanas y la famosa Caleta de Horcón. En Ventanas dormimos en una zona extensa de preciosas dunas con la nana del Pacífico a nuestros pies.

Dunas cerca de Ventanas,  lugar donde dormimos protegidos en nuestra tienda de campaña.
Caleta de Horcón

Otro fin de semana fuimos de nuevo al "Parque 7 Tazas", está vez no nos quedamos en sus excelentes cascadas con pozas, sino que subimos hasta el maravilloso refugio del Bolsón. Estuvimos los 2 días absolutamente solos, disfrutando del fabuloso tiempo y de la naturaleza en estado puro. 

La ascensión es preciosa, atraviesas un largo bosque repleto de variedades diversas de árboles autóctonos con constantes vistas a  llamativos picos nevados, además se vadear varios esteros de refrescantes aguas que alivian la subida. Tras llegar al lindo refugio situado a pies del tremendo Colmillo del Diablo y dejar la carga, ascendimos un poco más hasta observar completamente el bonito Valle del Indio, para luego bajar al refugio a preparar la cena y los trastos de dormir antes de que el sol desapareciera tras los picos andinos.
Cascada de "La Novia" antes de llegar a la entrada del Parque. Zona "7 Tazas".
Inicio de la ruta.
Vista del volcán Descabezado en medio de la ruta.
Vistas del precioso camino.


Llegada al refugio, al fondo el Valle del Indio.
El impresinante Colmillo del Diablo.

En el Valle del Indio y su pico "El Pelado".
Imagenes del Refugio El Bolsón.



Al día siguiente subimos a un picacho tras el refugio, para poder disfrutar de mejores vistas del delicioso entorno.

Amaneciendo

Abajo el refugio y el valle por el que se accede a él.

De nuevo visitamos la reserva privada del Tricahue, la idea inicial era la de pasar de un valle a otro para llegar a Vilches, inicio de la ruta del Enladrillado. El primer tramo fue muy duro, hasta llegar al mirador Los Volcanes, desde donde se avanza por una alta meseta boscosa que te lleva directamente hasta las inmediaciones del gran y excelente refugio Los Cipreses, antes hay una enigmático vagón que cuesta imaginar como llegó hasta allí. Desde el refugio, bajando un angosto y empinado sendero de unos 500mt, se accede a una bonita pero helada cascada, donde como no podía ser de otra manera nos dimos el obligado chapuzón. 

Desde allí había que volver al camino inicial y coger el desvío para ascender al otro valle, todo fue bien hasta aquí, en la zona privada los senderos estaban fantásticamente marcados, pero a partir de ahí el sendero paulatinamente era más confuso, poco a poco nos fuimos adentrando en un bosque donde las marcas eran difusas y lejanas y finalmente intentando encontrar salida montaña arriba nos desorientamos un poco, asi que nos dimos la vuelta y la bajada la hicimos a ciegas entre arbustos y árboles de bajas ramas que dificultaban el avance. Llegamos a la zona del refugio y nos apañamos junto a otros dos muchachos para entrar al refugio-albergue a pesar de estar  bien cerrado. 
El refugio contaba con chimenea, cocina, comida y colchones, nosotros dormimos en una cama matrimonial en la parte del altillo, alumbrados toda la noche por la espectacular luna llena que se colaba por las grandes ventanas de la parte más alta del "albergue".

Al día siguiente y con los planes cambiados, bajamos desde el refugio por otra zona, como de tiempo ibamos más que sobrados, dedicamos el día a tomar el sol y bañarnos en las pozas del precioso río de montaña del Tricahue, siempre con los admirables "Picudos" al fondo.

Empezando la dura subida inicial se observa La Campana, otra ascensión que hicimos anteriormente.
Mirador "Los Volcanes"

"El motor", casi llegando al Refugio.
La cascada, salto del Chucao
La luna llena, saliendo por detrás de las montañas.
El sol de la mañana.
Bajando por la quebrada que va al río Tricahue.

"Los picudos".

Ahora que ya queda poco tiempo de vivir en Talca, hemos empezado el tiempo de despedidas, tenemos todos los fines de semana ocupados para quedar con los amigos que tenemos por aquí y disfrutar de ellos y del buen clima reinante. Así, estuvimos en Colbún, con la familia Henriquez Contreras, vamos a ir con los del trabajo a hacer el "ramal" de Constitución, un tren que va desde Talca hasta la costa por la orilla de un rio... con su correspondiente asado y "copete", os iremos contando más.

Además, queremos aprovechar al máximo los fines de semana para seguir conciendo la cordillera, tan cercana durante largos meses y tan lejana cuando volvamos a casa...

Antes de dejar definitivamente esta región del Maule, queremos hacer la ruta que une Los Altos del Lircay (Vilches) y el Parque Inglés (7 Tazas), subiendo primero a la cumbre del volcán Descabezado, veremos como se presentan las circunstancias.

lunes, 11 de noviembre de 2013

¡PRIMAVERA EN LA REGIÓN DEL MAULE!

Pese a todo y aunque sigamos rumiando la ácida amargura de lo sucedecido, hemos recuperado el espíritu del viaje, además hace mejor tiempo y eso anima a seguir conociendo lugares maravillosos.

Los Andes cada día nos sorprenden más, mires donde mires siempre hay  lindos rincones entre su  inmensidad; montañas y caprichosos picos nevados, preciosos valles surcados por claros y transparentes  riachuelos que te encaraman a circos montañosos de ensueño, o frondosos bosques colmados de aves que alegran las rutas con sus dinámicos y alegres cantes.

Este último tiempo hemos visitado lugares cercanos de la cordillera, algunos nuevos y otros para completar recorridos de Reservas Naturales ya visitadas.

Empezamos esta nueva entrada con la ruta del Valle del Venado en los altos de Lircay, un sendero que comparte su parte inicial con la del Enladrillado (ya contada anteriormente), pero que tras bifurcararse avanza más o menos llano por la llamada Vega los Treiles hasta un mirador en la parte alta del valle, la dificultad fue está vez la cantidad de nieve blanda en esta última parte, pero mereció la pena llegar a esa privilegiada vista y disfrutar de un buen "bocata" de tortilla española.

El madrugador pájaro "carpintero", nada más comenzar la ruta.
Cogiendo el desvío del camino hacia el mirador.



Vistas desde la Vega de Treiles.
Vistas desde el Mirador del Venado.
El merecido bocata de tortilla.


Acabando la jornada de nuevo en el mirador Aliwenvahuida.

Otro fin de semana lo pasamos en la Reserva Privada de Tricahue, lugar donde se juntan cinco ríos montañosos; el Claro, el Armerillo, el Maule, el Tricahue y el Melado. Aquí realizamos dos rutas, una corta el sábado y otra dura y con mucho desnivel el domingo, pasando la noche en el agradable refugio de un belga que se ha montado aquí su vida. 

El primer día visitamos la ruta del "Tata", un enorme árbol (coigüe) que es de los más antiguos de la reserva, cuenta con cerca de 500 años, posteriormente desciendes por el bravo río Armerillo que baja a trompicones por un bonito y cerrado valle colmado de vegetación y fauna maulina.

El Tricahue,  da nombre a la reserva.
El Cóndor andino.

Encuentro de ríos
El  anciano"Tata".
Bajando por el río Armerillo.

Relajados tras la comida en el precipicio. Quien hace la foto y quien duerme de verdad?


Tras dar un pequeño paseo por la confluencia de los diferentes ríos y observar el cerro donde ascenderíamos al día siguiente, volvimos al tranquilo y calmado refugio a descansar y prepararnos para pasar una noche en la "habitación de las estrellas", con vistas directas al estrellado y brillante arco estelar del hemisferio sur.



A la mañana siguiente ascendimos al pico La Campana, un imponente macizo de piedra que se distingue por la colosal figura de su nombre indica. Nos costo un poco coger la senda de ascenso, ya que nos pasamos el cruce y andamos como 30' en dirección equivocada, pareciese que quisiesemos calentar bien antes de empezar la diabólica subida. A pesar de subir costantemente empinadísimas rampas y de no existir un lugar donde calmar nuestras aceleradas pulsaciones, en poco más de 2h estábamos en la cumbre eso sí, sin una sola parada y sin un solo descanso. 
Las vistas desde allí arriba eran estupendas, divisábamos el gran valle abierto que asciende internándose en la cordillera dirección a la frontera Argentina, y en la otra vertiente los valles montañosos del Venado y del Armerillo (la ruta del día anterior), el día fue fantástico, así que nos permitió comer y disfrutar un buen rato en la alargada, pedregosa y caótica cumbre.

Mirador justo antes de abordar el macizo pedregoso de La Campana.
Vistas de La Campana, aunque parezca cerca, aún quedaba bastante para ganar su cumbre.
Caballo sorprendido al vernos bordear  La Campana para llegar ariba.
En la cumbre.
Vistas de la confluencia de ríos.


El omnipresente Descabezado.
Haciendo de nuevo "el cabra".
Tricahues en acción.
En la bajada, se observa el valle que une Talca con Argentina.
Otro fin de semana que contamos con coche, nos acercamos por el camino internacional de Pehuenche (Valle del Maule) hasta la Laguna del Maule, donde la cuenca de este importante río que da nombre a la región, recoge sus primeras aguas muy cerca ya de la frontera Argentina. La idea era cruzar y regresar por otro paso fronterizo más al norte, pero fue imposible por los casi 10m de altura de nieve que se acumulaban aún a estas alturas del año, y según nos señalaron los trabajadores de la carretera, todavía quedaba como un mes para poder  acabar de conectar ambos tramos. La Laguna estaba semi-congelada por algunos lados y el entorno era de un blanco casi absoluto. Aprovechamos para encaramarnos al pequeño volcán "Cráter Negro", al lado de la carretera y poder observar así mejores vistas. De regreso a casa pasamos a observar la cascada Arco-Iris, una espectacular caída de agua que se forma con el deshielo, pero que durante muchos meses esta oculta bajo el manto blanco. 


Volcán "Cráter Negro".
Vistas desde en modesto volcán.



Cascada Arco-Iris agitada por el viento que subía valle arriba.

De nuevo decidimos ir a disfrutar del Enladrillado, está muy cerca y sin posibilidad de auto es una de las mejores opciones para pasar el día. El primer bus sale pronto, a las 07:00h puntualmente se pone en marcha el viejo y destartalado autobús que llega casi 2h después a Vilches Alto, recibir el día observando salir el sol por detrás de la cordillera andina entre bajas nubes que les cuesta sacudirse del acomodado reposo nosturno, es una bonita estampa que te hace tomar la jornada con buen ánimo a pesar del madrugón.
Desde Vilches se andan 2km por un camino que pica siempre hacia arriba hasta la entrada al Parque, luego hay que continuar otro kilómetro hasta coger el desvío a la derecha y dejar el río. En este punto comienzan los 9km de subida suave de la primera parte y los no tanto del último tramo. Está vez la ruta estaba menos nevada y esto nos ayudó a restar tiempo de ascensión, algún nevero quedaba aún luchando contra las altas temperaturas, sin embargo la esplanada agrietada de rocas basálticas del Enladrillado estaba colmada de nieve y de nuevo nos impidió ver la original y famosa estructura que posee. Estuvimos completamente solos, día espectacular, ruta de panorámicas preciosas, avistamiento de animales, en definitiva, un día perfecto de montaña.
Tanto apreciar el volcán Descabezado Grande nos está motivando el poder llegar a su cima, además nos cuentan que en sus laderas hay unas magnificas termas naturales, veremos si lo podemos organizar, ya que es una ruta de varios días.

Nevero llegando a la cumbre
Admirando la belleza del paisaje.


Cóndor andino, aunque no lo captamos bien, si lo pudimos ver bien varias veces...
Vista de Los Andes
Todo se pega, al menos eso dicen.
El majestuoso Descabezado


Valle del Venado y el volcán Quizapú.
La altura de nieve en el Enladrillado.

Pronto seguiremos contando más salidas que hemos realizado últimamente, hay que aprovechar ahora que va quedando menos para el regreso.