miércoles, 23 de enero de 2013

SANTIAGO DE CHILE, VALPARAISO Y VIÑA DEL MAR


Tenemos que agradecer mucho a la familia brasileña por su gran ayuda para pasar la frontera y luego llegar hasta el mismo Santiago, ellos nos cogieron en el puente Inca y a pesar de ir 4 personas y cargados hasta arriba, decidieron subirnos en su vehículo.

El paso a Chile es muy bonito, se pasa a 4.200m y las montañas y carreteras que encontramos allí son espectaculares, destacando la bajada "el caracol".

La encantadora familia brasileña.

La impresionante carretera "caracol".

El desembarco en Santiago de Chile fue en el puro centro, la familia se alojaba en un gran hotel en inmejorable situación, nosotros nos estábamos ubicando en el mapa cuando el majísimo Rodrigo se acercó a ofrecernos su ayuda, hablando y hablando nos presentamos en su cercano y amplio departamento para cenar algo y pasar la noche, fue el primer encuentro con las fantásticas y ambles personas que hemos conocido en este hospitalario país.

A la mañana siguiente dejamos las mochilas en casa de Rodrigo y visitamos tranquilamente la descomunal ciudad. El día fue muy caluroso, pero pudimos disfrutar de gran parte de la capital, partimos desde La Casa de La Moneda punto neurálgico, y recorrimos La Alameda la kilométrica artería principal de la urbe, la bohemia zona de la Plaza de Brasil, el gigantesco y moderno Parque O´Higgins y la vasta parte central de la localidad, con sus elegantes y amplias calles y bonitos edificios.

Por la tarde quedamos con nuestro amigo Rogrigo ( aunque recién conocido seguramente va a serlo para toda la vida), tomamos algo, charlamos y cenamos en su acogedora vivienda y planificamos futuros encuentros.

La casa de La Moneda, Plaza Central de Santiago atravesada por La Alameda.

Zona La Bolsa, Santiago.
Zona de La Bolsa.

Catedral, Santiago de Chile.

Iglesia San Francisco.
Ex-congreso Nacional.

Al día siguiente fuimos al elegante barrio Bellavista para visitar la casa de Pablo Neruda situada al pie del Cerro San Cristóbal, que es un increíble mirador de la moderna metrópoli, bajamos por el refrescante Parque Forestal al barrio de Lastarria,  con sus coquetas tiendas, bares y modernos restaurantes para llegar al vanguardista y activo GAM, el centro cultural Gabriela Mistral es por excelencia el punto que desarrolla más actividad en la ciudad. Desde aquí nos dirigimos al Cerro Santa Lucia, un remanso de paz entre el caos urbano, parque desde el que se obtienen privilegiadas vistas de Santiago y sus montañosos alrededores, ornamentado con una estupenda fuente de  dos alturas y una diversa y variada vegetación. Paseando llegamos a la Biblioteca Nacional ya muy cerca del centro, donde acabamos la caminata. 


Panorámica de Santiago desde Mirador Cerro San Cristobal.

Panorámica de Santiago, con nevados al fondo.

Panorámica de Santiago, desde Cerro Santa Lucía.
Parte norte desde Santa Lucía.
Vista general, Cerro Santa Lucía, Santiago.
Terraza Neptuno en el cerro Santa Lucía.
Cerro de Santa Lucía, Terraza Neptuno.
Barrio Lastarria, Santiago.

Biblioteca Nacional.

Terminal Central, Santiago.

Seguimos hacia la costa, a las localidades más conocidas, la primera parada la hacemos en Valparaiso, una cuidad con casas de colores amontonadas en los cerros a lo largo del litoral. Hacemos una visita por sus estrechas callejuelas, subiendo y bajando largas escalinatas y disfrutando de su iglesias, casas palaciegas y notables edificaciones, asomándose al inmenso Pacífico. Al atardecer bajamos al barrio del puerto, donde existe un trajín incesante de mercantes y contenedores de carga, es en este lugar donde quizás más se note la regresión y decadencia de la ciudad, oscura, sucia, con basura amontonada en cualquier rincón, redes de alambre por todas partes y marañas de cables que parecen telarañas repartidas en cada cruce. Así es un poco el resto de la cuidad, aunque con más matices de color en sus empinadas y empedradas ramblas, que el paso del tiempo les ha quitado casi todo el esplendor que se respiró a principios del S. XX, donde la riqueza e importancia de su puerto hizo construir hasta 25 elevadores en la ciudad (hoy solo quedan 7 en funcionamiento), los cuales parecen paquetes de regalo que se alzan hacia el cielo azul perenne de Valparaíso.
Vista del paseo desde el puerto de Valparaíso.

Atardecer en la  Plaza de Armas en la zona del puerto, Valparaíso.
Vista desde el Cerro Alegría con sus casas de colores.
Vista desde un mirador que descubrimos, callejeando por "Valpo".
Más casas de colores.

Elevador de Santa Isabel.

La urbe presume de ser uno de los lugares más vanguardistas del mundo, en lo que a actividad cultural y artística se refiere, y muestra un vivo y dinámico movimiento callejero, con multitud de fachadas decoradas con enormes pintadas, con su vida bohemia y con sus músicos que ponen el sonido de fondo a la villa; además Pablo Neruda eligió aquí su lugar de residencia de verano, en su tranquila y apartada casa, "La Sebastiana". 
Mirador en la Calle Alemania, camino a la casa de Pablo Neruda.

Viña la vemos muy rápidamente, aún así nos dio tiempo a conocer el gran Parque Quinta Vergara, con sus plantas y árboles de todos los países y un llamativo auditorio que alberga importantes conciertos y el famoso festival de música de Viña del Mar. Paseando por sus espaciosas y ordenadas calles centrales, llegamos al famoso Reloj de Flores, rodeamos el Cerro Castillo desde donde observamos el Castillo Wulff, encaramado en una pequeña roca sobre el Pacífico. Volvemos por la minúscula playa Abarca, la zona aristócrata y por los numerosos puentes del río que nos devuelven nuevamente al centro del núcleo urbano. 

 
Parque Quinta Vergara, al fondo se aprecia el Palacio Vergara.
Reloj de Flores.
Paseo por la zona palaciega.
Castillo de Wulff.

Chile acaba de comenzar, esperemos pasar aquí un largo periodo.


lunes, 14 de enero de 2013

9 DÍAS POR ARGENTINA


Al inicio del viaje no teníamos pensado pasar por la sugerente Argentina, pero un poco la atracción  de este país y otro poco el destino  nos llevaron irremediablemente hasta allí, y una vez dentro, de nuevo el destino nos hizo alargar la estadía prevista.

Argentina nos ha bajado de las nubes, primero; porque llevábamos más de un mes a mas de 3.000 m y esto también ha llevado un cambiado de clima rápido, de muy agradable a muy caluroso, segundo; porque esto es más occidental y cambia completamente la forma y el estilo de vida, tercero; porque aquí todo es mucho más caro, y por último; porque ahora hay que ponerse las pilas para buscar trabajo y no solo pensar en pasear. Por el momento, todo esto no se nota en los rostros de la gente, en esta zona alta del país aun tienen muchas similitudes con sus paisanos de países más al norte.

Una larga y recta carretera en muy buen estado, nos anticipa que aquí nos desplazaremos a otro ritmo, la primera parada es Humahuaca, situada en una bonita y enorme quebrada que baja desde la frontera, es un larguísimo valle que se precipita hacia el sur entre dos cadenas montañas, donde a medida que la altitud baja, el paisaje va convirtiéndose  de un secarral a un verde cada vez más denso y cerrado.


El cabildo de Humahuaca.
Torre morisca de vigilancia en Humuaca.
Monumento de la Independencia, Humahuaca.
Anochecer desde el Cerro Blanco.
Seguimos deslizándonos hacia el sur, pasamos rápidamente por Tilcara y Jujuy para poder llegar con tiempo a Salta y preparar bien la despedida del año. Finalmente optamos por el plan del animado y coqueto hostal, cenar un suculento menú de carne argentina y  posteriormente bailar con los ritmos de un grupo indígena local. La verdad que hubo buen ambiente y los guiris hicimos piña al estar todos fuera de casa, pero se nos hizo extraño pasar el fin de año sin la familia, con tanto calor, en chanclas y tirantes, y sin apenas espíritu navideño en las calles.

Plaza Armas Jujuy.
Lago en el Parque San Martín, Salta.
Iglesia azul , Salta.
Catedral  en la Plaza de Armas de Salta.
Único adorno navideño en Salta.
Nuestra fiesta fin de año.
El día 1 amaneció lluvioso, las calles estaban solas y el agua corría por ellas llevándose la multitud de restos que  el año anterior dejó varados. Por la tarde se abrió una ventana de buen tiempo y aprovechamos para encaramarnos al alto mirador de la ciudad y poder ver llanuras, que desde hacía muchos días nos ocultaba constantemente la orografía de altitud.


Mirador desde el Cerro San Bernardo.
Posteriormente nos dirigimos a Cafayate por un lindo camino entre caprichosas formas pedregosas y el río Colorado, cambiando la idea inicial de irnos a Chile desde aquí. Este es un  pueblito turístico vinícola, con miles de bodegas donde poder degustar y conocer la elaboración de sus caldos y que posee encantadores alrededores, algunos de ellos los pudimos disfrutar en unas pesadas y problemáticas bicis que alquilamos. 

Vista de los viñedos de Cafayate, mirador 
Visita a una bodega.
De aquí nos fuimos a las impresionantes ruinas de Quilmes, donde se divisan vastos paisajes de la zona, esta fue una cultura del estilo numantino, resistían todos los ataques atrincherados en su pequeño valle montañoso. Para llegar hasta allí nos ayudaron las atrevidas Patricia y Cristina, desoyendo las instrucciones de sus hijos de no coger a nadie en su carro y menos a gringos.  La carretera te deja lejos de la fortaleza y hay que andar bastante por una pista que no hay transporte público, ellas nos llevaron amablemente en su coche, y luego nos acercaron al siguiente destino, el coqueto Tafí del Valle, un precioso lugar con un lago a la falda de un montaña, muy parecido a una villa suiza de los Alpes.


Con nuestras amigas argentinas, Patricia y Cristina.
Ali haciendo la cabra está vez, Ruinas de Quilmes.





Vista panorámica de Tafí del Valle.
Vista panorámica de Tafí del Valle., vista Sur.
Seguidamente viajamos a Córdoba, San Juan y Mendoza, ciudades grandes, organizadas y con todos los servicios, pero sus mayores encantos estaban en sus alrededores y apenas tuvimos tiempo de visitarlos.

Córdoba es una ciudad grande, con algunos bonitos lugares, pero nada sorprendente. Lo mejor es la zona denominada "milla cultural", una calle con   importantes  y atractivos edificios, museos, teatros.. y un original parque-museo.


Plaza San Martín y Catedral, Córdoba.
Iglesia del Buen Pastor, zona  Milla Cultural.
Catedral de Córdoba.
Catedral por la parte trasera.
San Juan es una ciudad con aires de pueblo, tranquila y sosegada, bien organizada y muy bien ubicada para realizar salidas a la naturaleza, ya sea en Argentina o en el cercano Chile. Nos dirigimos a Zonda, un área muy popular de acampada y visitamos la singular bodega de vino que se encuentra en el interior de una bonita cueva.
Mirador de Zonda.
Montaña sobre zona de acampada.
Cava de Zonda, bodega en una cueva.
Por su parte, Mendoza es un lugar construido para soportar terremotos y su estructura está pensada para ello, con anchas calles y amplias plazas donde refugiarse en caso de seísmos, destaca la plaza principal con su llamativa y enorme fuente, de sus cuatro plazas satélites la mejor es sin duda Plaza España, pero el parque San Martín se lleva  la palma, tiene una diversa actividad y muy buen ambiente, es lugar para realizar casi cualquier actividad, pero muchos mendocinos viene acá a correr, pasear o a hacer Kayak, pero sobre todo a pasar el día asando ricas carnes a la sombra de sus adultos y frondosos arboles.

Fuente Plaza Independencia, Mendoza.
Bonitas puertas de entrada al Parque San Martín.
Plaza satélite, Plaza de Chile.
Plaza satélite, Plaza de España.
Desde aquí nos acercamos al estupendo dique de Potrerillos, ubicado idilicamente entre espectaculares y verdes montañas, y donde pudimos refrescarnos en sus turquesas aguas para combatir el tremendo calor asfixiante.

Lago Potrerillos.
A continuación fuimos a Uspallata, típico pueblo de montaña, para visitar el puente del Inca, formado por espectaculares minerales en el curso del río Colorado, e hicimos una pequeña ruta hasta a el mirador del imponente y mastodóntico Aconcagua (6962m), "preciosa montaña".


Esta población nos sirvió de puente para pasar a Chile, el día programado para cambiar de país fue toda una odisea, solo deciros que pasamos la lenta y pesada frontera y  llegamos hasta Santiago (ya al otro lado de Chile) en auto-stop,  y  una vez allí dormimos en casa de un particular, el "salvador Rodrigo", quien nos  ayudó y asesoró en todo.

Alrededores de Uspallata.
Puente del Inca.
Parque Nacional Aconcagua.



Laguna de Horcones.

Camino a la frontera Argentina-Chilena.